Saving Georgi

Nuestra historia transcurre aquí, en esta época, en este mismo momento, en este mismo mundo, en nuestra casa. Mientras tú articulas las palabras de esta lectura y tratas de pronunciar adecuadamente la palabra plácidamente, separando cada una de sus silabas; plá-ci-da-men-te, vuelves a repetir plá-ci-da-men-te, exageras la entonación de la primera silaba “plá” y bajas rápidamente la lengua en “ci” y terminas la palabra con un suave murmullo “men-te. Sí, así de rápido ocurren las cosas allá afuera. Así de rápido se extinguen las voces de los otros seres vivos, -¿cómo que no sabes sobre quién hablo? ¡Anda! ¡Levántate!, ¡deja de leer un poco! y ¡dirígete al espejo más cercano!. ¡Mírate, pero mírate de veras!, Acércate más al espejo, no tengas miedo, inicia por tu boca, sube a la nariz y concluye en esos ojos grandes, abiertos, llenos de sorpresa, DE VIDA. Entra por tus pupilas y viaja por tu nervio óptico hasta llegar al hipocampo y a los lóbulos temporales. ¡Bravo!, has llegado al fin, ahora te encuentras en el hogar de tus recuerdos a largo plazo. Si pones atención encontrarás por todas partes las imágenes de los otros, de ellos. ¡Vamos, busca! Allí están: los peces, las tortugas y las caracolas que viste durante tu visita a la playa, las mariposas y las luciérnagas que perseguiste en el bosque, la libélula que se detuvo a tomar una pausa en tu nariz, los animalitos de la granja que visitaste aquel día con tus amigos de prescolar, la gatita melody que te saludaba siempre que visitabas a tu hermana. También tus mascotas Suli, Mili, Terry, Uli, esos perritos que te hacían travesuras al llegar de la escuela, el conejito que te regalaron en tu cumpleaños, Lucas, el pato de plumaje brillante. Los has recordado, ellos son nuestros compañeros, mejor dicho, los amos de este mundo ya que sus antepasados estaban aquí, antes que nosotros. Vivían en armonía, eran libres y felices hasta que llegamos nosotros. Nos creímos superiores Y decidimos que debíamos estar en la punta de la cadena alimenticia. Luego empezamos a asesinarlos no sólo por hambre, a veces sólo lo hacíamos por diversión. Emprendimos su devastación, les declaramos la guerra y destruimos su hábitat que también es el nuestro. ¡Sal al jardín! ¡Pisa con cuidado! Ellos están en todas partes. Las abejas sobre las orquídeas, el pequeño colibrí que hizo nido en el manzano de tu mamá. ¡Guarda silencio un momento! ¿Escuchas esa pequeñas masticaditas? -Cau, cau, cau- ¿De dónde vienen? Las reconoces, ya las has escuchado antes. ¡Muy bien!, Lo has descubierto son los pequeños caracoles masticando esa suculenta. Sí, ellos también tienen derecho de existir, merecen nuestro respeto, nuestro cuidado. Ahora que lo sabes es el momento de actuar, de rescatarlos del peligro inminente de la muerte. Hay casi 30,000 especies en peligro de extinción. Este el caracol George de la especie Achatinella apexfula ha sido declarado extinto. Por eso, dedicamos nuestro pequeño videojuego a este caracol que ya no está en este mundo. Por medio de nuestro juego intentaremos recatar su memoria. Invitamos a los jugadores a tomar conciencia de las acciones que debemos hacer y evitar para terminar con la pérdida de más seres vivos. Porque jugar también es recordar, homenajear y hacer conciencia. Es momento de jugar y ayudar a nuestro Georgi, el camino no será nada fácil. Georgi deberá esquivar los obstáculos que han construidos los humanos y escapar de ellos a toda costa. ¡Ojo! El tiempo será tu más grande adversario ya que tendrás que hacerlo en el menor tiempo posible. Juega con nosotras y llevemos juntos a nuestro pequeño amiguito a casa, sano y salvo. Para jugar usa las siguientes teclas: Flecha arriba, Flecha abajo, Flecha izquierda, Flecha derecha.